viernes, 29 de agosto de 2008

Amigo

Te ofrezco mi hombro

para que llores en él.

Te ofrezco mi oído

para cuando necesites ser escuchado.

Te ofrezco mis brazos

para cuando necesites ser acogido.

Pero sobre todo, te ofrezco mi presencia

en las buenas y en las malas

para cuando no sepas que hacer...

siempre estaré ahí

para ayudarte, para comprenderte

y para protegerte.


Jésica Coronel.

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