para que llores en él.
Te ofrezco mi oído
para cuando necesites ser escuchado.
Te ofrezco mis brazos
para cuando necesites ser acogido.
Pero sobre todo, te ofrezco mi presencia
en las buenas y en las malas
para cuando no sepas que hacer...
siempre estaré ahí
para ayudarte, para comprenderte
y para protegerte.
Jésica Coronel.
No hay comentarios:
Publicar un comentario